Bolas de castañas

Este mes el Desafío ha sido cosa de las hermanas Camilni, y su propuesta ha sido... ¡dulces tradicionales fritos! ¡Uh! Cuando vi la última palabra me dio un pequeño nosequé, y ya estaba pensando en una versión alternativa al horno peeero rien de rien porque había dos condiciones: que estuviese necesariamente frito, y que no fuese típico de la comunidad autónoma en la que vivimos. 

Como dulces fritos conozco más bien pocos, y no quería que fuesen los típicos roscos o masa frita, me tocó ojear algún que otro libro, hasta que di con esta monería de bolas de castañas ¡y fritas! No me resistí. La receta es tradicional de Galicia y está sacada del mismo libro que el pastel de arroz con leche, aunque también aparece (idéntica) en Repostería de conventos y monasterios. Como todo lo frito, llevan su faena, pero quedan muy ricas. Y un día es un día. 

Ingredientes (unas 40 bolas aprox.)*:

• 500 gr. de castañas escaldadas y peladas
• 100 gr. de azúcar 
• 1/2 l. de leche (utilicé semi)
• 45 gr. de mantequilla
• 3 yemas

Para rebozar y freír

• 1 huevo
• Pan rallado
• Aceite de girasol (o el que se prefiera)

Elaboración:

Cocemos las castañas con la leche y la rama de vainilla 30 minutos a fuego medio - bajo. 

Trituramos con la batidora en la misma cazuela/cazo hasta que quede una crema.
Añadimos el azúcar, las 3 yemas y la mantequilla y mezclamos bien.

Lo ponemos de nuevo a fuego medio - bajo y removemos, especial cuidado con el fondo para que no se nos pegue, hasta que espese y tenga consistencia densa y pastosa, sin nada de líquido.

Retiramos del fuego y extendemos en una fuente de cristal o superficie plana para que enfríe por completo, incluso podemos meterlo en la nevera media horita.

Una vez frío lo que será el relleno de castañas, preparamos el huevo batido para rebozar en un plato, y extendemos pan rallado en otro.

Ponemos el aceite a calentar y hacemos bolas del tamaño aprox. de una nuez pequeña.
Las pasamos por el huevo y pan rallado y freímos en abundante aceite caliente*.

Cuando estén doradas por toda su superficie las pasamos a un plato con papel absorbente.
Cuando tengamos todos, los servimos al momento. 

Solas están ricas, pero espolvoreadas ligeramente con azúcar glas y canela ¡absolutamente deliciosas!

* Hice un tercio de las cantidades originales porque no sabía cuantas saldrían y menos mal, porque si no me veía comiendo bolas de castañas hasta fin de año.
* Para freír suelo utilizar un cazo pequeño y relativamente estrecho. Se gasta menos aceite y en cambio cubre bastante. 
Para ver todos los dulces fritos que han preparado mis compañeras/o de Desafío, click en la imagen.
Una forma genial de recorrer parte de la repostería tradicional española.

Ahora a esperar el último desafío de este año :)