Todavía recuerdo algunas mañanas en que, siendo pequeña, acompañaba a mi abuela a llevar al horno de al lado de su casa una enorme cazuela de barro. En ella iban ya preparados todos los ingredientes de este tradicional arroz valenciano. A mí, por entonces, me tocaba la tarea de llevar una lechera metálica con el caldo del cocido todavía caliente. Recuerdo también al panadero dejando la cazuela sobre una larga pala con la que después la situaba al fondo del horno, entre los panes y cocas que se estaban cociendo en ese momento.
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Resulta una receta perfecta para aprovechar los restos del cocido y, como suele pasar en estos casos, no existe una única versión, sino que en cada casa se prepara de una manera. Esta vez, por ejemplo, hemos prescindido de la cabeza de ajos y el tomate a rodajas *en la receta sí indicamos cómo ponerlos para tener la versión completa*
Resulta una receta perfecta para aprovechar los restos del cocido y, como suele pasar en estos casos, no existe una única versión, sino que en cada casa se prepara de una manera. Esta vez, por ejemplo, hemos prescindido de la cabeza de ajos y el tomate a rodajas *en la receta sí indicamos cómo ponerlos para tener la versión completa*