Pan de centeno, semillas y frutos secos

No hace mucho leímos por ahí que hoy, 16 de octubre, coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación, se celebraría el #DíaMundialdelPan (o #wbd) y, aunque en realidad ni Frontian ni yo solemos consumir pan habitualmente, quisimos participar en él preparando uno casero.

La receta la encontramos en Directo al Paladar y para hacerla no se necesita panificadora, aunque si se tiene se puede utilizar para amasar y eso que nos ahorramos :P Salvo las semillas de lino que sustituimos por las de sésamo y las pipas de calabaza, el resto la hicimos prácticamente igual. 

Ingredientes:

• 250 gr. de harina de fuerza.
• 250 gr. de harina de centeno.
• 350 ml de agua templada aprox.
• 100 gr. de mezcla de semillas de sésamo, pipas de girasol y calabaza y nueces.
• 25 gr. (un cubilete) de levadura fresca (o 7 gr. de levadura de panadería)
• 1 cucharadita de sal.

Preparación:

Disolvemos la levadura en unos 100 ml. de agua templada y en la bancada o un bowl grande hacemos un volcán con la harina de los dos tipos. Vertemos en el centro el agua con la levadura, añadimos los 250 ml. y la sal y amasamos de dentro para fuera.

Cuando sea una masa manejable y elástica, hacemos una bola con ella y la colocamos en un bowl.
Cubrimos con un trapo o papel film, dejamos en un sitio templado para que actúe la levadura y esperamos a que doble su tamaño (hora - hora y media aprox.)

Pasado ese tiempo apretamos la masa para sacar el gas que tenga y la estiramos con un rodillo sobre un papel vegetal, espolvoreamos los frutos secos y las semillas, la enrollamos y dejamos que vuelva a levar durante otra hora en un lugar más o menos cálido. 

Cuando haya aumentado de nuevo su volumen, lo introducimos en el horno precalentado a 200 ºC durante 15 minutos, bajamos a 180 ºC y lo dejamos media hora más. Sacamos y dejamos enfriar.

Es un pan denso pero muy rico ¡además de sano!


* Si no se va a consumir en el mismo día una buena opción es cortarlo a rebanadas y congelarlo. A nosotros nos aguantó 3 días y aunque al tercero ya no estaba como recién hecho, después de pasarlo por la tostadora quedaba riquísimo.