Bread and butter pudding {pudín de pan y mantequilla} 🇬🇧

Aunque parece que va haciendo menos frío que estos días atrás, sigue apeteciendo encender el horno. Más si es para preparar cosillas como este tradicional postre inglés, que también puede servirnos de desayuno. Y es que Whole Kitchen, en su Propuesta Dulce para el mes de Febrero, nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: Pudín de pan y mantequilla. O, lo que es lo mismo, respetando su nombre original, bread and butter pudding. ¡Una manera riquísima de aprovechar el pan de días atrás!

Para variar, traemos una versión más ligera, con menos mantequilla y utilizando leche desnatada, pero queda igualmente buena. Y hay que decir que el toque de la canela en polvo y el azúcar en la capa de arriba, que al hornearse queda más sequita y casi crujiente, recuerda mucho a las típicas torrijas de Semana Santa. La receta está sacada y adaptada del libro Great British Cooking.

Ingredientes:

• Pan del día anterior (la cantidad dependerá del tamaño y del molde)
• 2 vasos de leche
• 3 huevos
• 40 gr. de azúcar
• 40 gr. de mantequilla
• 40 gr. de pasas
• 25 gr. de arándanos deshidratados
• Canela en polvo

Elaboración:

Cortamos el pan en rebanadas finas (lo más típico es en triángulos) y las untamos por una de sus caras con la mantequilla semiderretida y cubrimos (dejando la parte de la mantequilla hacia arriba) con algunas de ellas el fondo de un molde rectangular, que también habremos enmantequillado. 

Esparcimos la mitad de las pasas y los arándanos y espolvoreamos canela.
De nuevo capa de pan - pasas -arándanos. Y terminamos con una capa de pan.

Calentamos la leche sin que llegue a hervir y mientras batimos los huevos junto con 30 gr. de azúcar y los añadimos a la leche. Vertemos el pan y dejamos reposar media hora para que el pan se empape y absorba la mezcla de leche y huevos. 

Precalentamos el horno a 180 ºC y antes de meter espolvoreamos con más canela y el azúcar restante por encima. Horneamos 30-35 minutos, hasta que la capa superior comience a dorarse. 

Cuando esté ya con un tono dorado *¡pero vigilad que no se queme!* sacamos y dejamos templar.

Se puede servir así o meter en la nevera y dejar que enfríe un par de horas, cogerá más consistencia, y para mí estaba mucho más rico, pero es cuestión de gustos xP