Tarta Dobos de chocolate y té matcha

Estábamos deseando cumplir los 6 meses del blog para poder al fin participar en Desafío en la Cocina. Poco después de empezar con blog dimos con sus desafíos mensuales, nos encantaba ver todas las posibilidades que se presentaban a partir de una sola receta. Por lo que nos decidimos a escribir y ¡aquí estamos! Nos hemos estrenado con las hermanas Camilni y su deliciosa propuesta de la repostería húngara: Tarta Dobos, cuya principal peculiaridad es el número de capas de bizcocho, lo que hace que tenga un corte muy bonito.

Aunque la más típica se rellena de chocolate nos apetecía probar algo distinto y después de barajar opciones pensamos que podría quedar bien un bizcocho de chocolate que contrastase con una crema de té matcha con su particular color verdoso.  

Ingredientes

Para el bizcocho (hicimos 2 de 22 cm. para sacar las 5 planchas):

• 90 gr. de harina de repostería (con levadura)
• 100 gr. de azúcar
• 3 huevos
• 2 cucharadas de leche
• 2 cucharadas rasas de chocolate en polvo

Para el relleno de mascarpone y matcha:

• 250 gr. de mascarpone
• 250 gr. de ricotta
• 1 cucharada de té matcha
• 1 cucharada de stevia (o 2 de azúcar)
• 1 hoja de gelatina neutra

Para la cobertura de caramelo:

• 100 gr. de azúcar

Elaboración

Empezamos con los bizcochos. Ponemos a precalentar el horno a 180 ºC, juntamos los huevos y azúcar y batimos con unas varillas eléctricas hasta que  aumenten el volumen. Añadimos el cacao en polvo, la harina (con levadura incorporada) tamizada, la sal y las dos cucharadas de leche. Mezclamos bien.

Engrasamos o forramos el molde en el que lo haremos y vertemos la mezcla. Horneamos unos 22 minutos. Sacamos y dejamos que enfríe. Lo ideal antes de cortarlo es que haya reposado unas 12 horas por lo menos y se haya asentado. Se puede dejar en el horno (frío y apagado) toda la noche sin problemas.

Para cortar las planchas, sacamos el bizcocho del molde y lo ponemos sobre el banco de la cocina. Aunque no parece fácil cortar para que quede recto, lo conseguimos cogiendo un cuchillo jamonero y poniéndolo plano sobre el banco, aprovechando que el mango levantaba el filo lo suficiente para lo que queríamos.

Una vez tengamos los necesarios (5 en nuestro caso) los reservamos.

Para la crema de mascarpone y té matcha ponemos a remojar la hoja de gelatina. Mezclamos en un bwol ambos tipos de queso y la cucharada de stevia (o las dos de azúcar) con un tenedor hasta que quede cremoso. Calentamos en un cazo dos cucharadas de agua sin que llegue a hervir, añadimos el té matcha y la hoja de gelatina bien escurrida y removemos hasta que se disuelva, dejamos templar unos minutos y juntamos con la mezcla del mascarpone y el ricotta. *Si por el contraste con el frío queda espeso o salen hilos de gelatina lo podemos deshacer con la batidora.*

A la hora de montar las capas, comenzamos por una de bizcocho, cubrimos con una capa crema y así sucesivamente hasta completar todos los bizcochos, dejando la parte superior sin cubrir.

Por último el caramelo. Ponemos 100 gr. de azúcar en una sartén (se puede añadir unas gotas de limón) y lo ponemos a fuego lento sin remover (importante o se formarán grumos). Dejamos que se derrita y que coja color. Cuando lo tengamos, vertemos en un papel vegetal en el que habremos dibujado un círculo del tamaño de la tarta por la parte posterior, y con una espátula calentada distribuimos hasta formar un círculo lo más perfecto posible.

Antes de que se enfríe pero sin que esté líquido, con un cuchillo calentado hacemos unos cortes profundos, dividiéndolo en tantas porciones como queramos partir la tarta, en nuestro caso 8.

Colocamos los triángulos de caramelo sobre la tarta y, como uno de los requisitos del reto era incluir alguna decoración hecha con manga pastelera, aprovechando lo que quedaba del relleno, hicimos 8 rosetones.

Ya sólo queda dejarla enfriar en la nevera, mucho mejor si es durante toda la noche.
Al día siguiente estará perfecta y con un corte que resulta muy vistoso.

La tarta no ha sido complicada en sí misma pero nos ha llevado su tiempo hacerla, en parte por algún que otro fracasito, sobre todo con el caramelo que se nos quebró la primera vez, y ese bizcocho que nos salió en su parte superior a lo gruyère. Así que, de momento una dobos y no mais, aunque ¡tenemos que reconocer que estaba riquísima! Al tener tantas capitas se hace agradable no sólo a al vista sino de comer.

Para ver lo que nuestros compañeros/as de desafío han realizado haced click aquí o entrad al blog Desafío en la Cocina, seguro que las suyas también están geniales y no tienen nada que envidiar a la nuestra.

Ahora a esperar qué nos depara para el mes próximo, ¡qué curiosidad! *-)


*El primero de los bizcochos nos salió con demasiadas burbujas de aire en su capa superior y buscando por internet dimos con un consejo: una vez la masa en el molde, antes de hornearlo, cogerlo y dar unos golpecitos sobre un paño situado sobre la bancada para que el aire que queda en la masa suba y salga. Casualidad o no, el segundo no tuvo ninguna burbuja, así que si a alguien le pasa lo mismo, por probar para la próxima no pierde nada.