Quiche {sin base} de puerro y champiñones

Llevaba ya unos días con muchas ganas de quiche y, aunque reconozco que una Lorraine hubiese estado genial (aiis), prefería que fuese lo más sana y ligera posible. Cuando vi una especie de pastel salado de puerro y queso en el blog de Olor a jazmín, que es prácticamente una quiche pero sin la base, me pareció una opción perfecta para quitarme el antojo que me perseguía.

Básicamente cambié el queso emmental que ella añade por una bandeja de champiñones, y la leche por leche evaporada, ya que tenía que darle salida a un brick quedaba abierto en la nevera, pero no hay problema en emplear cualquiera de las dos alternativas. Por supuesto, si se quiere, se le puede poner perfectamente una base de masa quebrada, como la de la quiche de brócoli, salmón y queso azul o comprada, sólo que sin ella pues... es más ligera 😅

Ingredientes (molde de 24 cm.):

• 200 gr. de champiñones (enteros o laminados)
• 1 puerro grande 
• 1 cebolla 
• 2 ajos 
• 200 ml. de leche evaporada 
• 180 gr. de queso rallado (120 para la masa y 60 para gratinar) 
• 80 gr. de harina de trigo 
• 4 huevos 
• ½ cucharadita de levadura en polvo 
• Aceite de oliva virgen extra 
• Perejil fresco picado o seco (opcional) 
• Sal y pimienta negra

Preparación:

Lavamos y cortamos el puerro en rodajas y la cebolla en juliana. 

Los champiñones si están enteros los laminamos y los ajos los picamos lo más finos que podamos. 

Rehogamos la cebolla, el puerro y el ajo hasta que todo quede ablandado, echamos los champiñones y salpimentamos. Se puede hacer a fuego medio-fuerte pero hay que intentar que no tome color. Una vez estén los champiñones apartamos del fuego. 

Mientras se enfría lo anterior precalentamos el horno a 180 ºC. 

Juntamos la harina con la levadura en un bowl grande, añadimos la leche evaporada, los huevos batidos, el queso rallado para la masa, el perejil, sal y pimienta y mezclamos con unas varillas.

Cuando las verduras estén templadas las agregamos a la mezcla anterior y pasamos a un molde de silicona preferentemente *si fuese de vidrio o metálico sería conveniente engrasarlo*. Esparcimos el queso rallado restante por encima cubriendo toda la superficie.

Horneamos sobre 30 minutos arriba y abajo, aunque depende de cada horno. 

La parte de encima se nos gratinó rápido, así que al final pasamos el calor sólo a la parte de abajo. 

Sacamos y dejamos templar unos minutos para desmoldar más cómodamente.

Servimos en porciones y listo 😋